miércoles, 23 de noviembre de 2011

PONENCIA SOBRE TEMAS Y PERSONAJES DE LA DRAMATURGIA VENEZOLANA DE HOY

21 de noviembre de 2.011
FORO SOBRE LOS PERSONAJES Y TEMAS QUE HABLEN AL TIEMPO DE HOY. CIUDAD TEATRO. CARACAS. FESTIVAL DE TEATRO DE CARACAS

Entiendo que el asunto de esta reunión es hablar de los temas y personajes que se asoman con mayor frecuencia en las tablas de los escenarios venezolanos y si esos mismos temas y personajes tienen arraigo, tienen efectividad, le dicen algo al público de hoy. Creo que es un trabajo para un cronista o un crítico. O será más bien para que los modestos creadores, que aparecemos con menos frecuencia en las tablas venezolanas, digamos lo que pensamos que “deben ser” los personajes y temas que le hablen al tiempo de hoy, como reza el título del debate. Entre paréntesis, éste será un debate sólo nominalmente porque las convicciones de cada uno no se exponen a ser cambiadas ni debatidas en este contexto, el menos indicado para la reflexión. Y menos cuando a todos se nos pidió que elaboráramos unas cuartillas para hacer el encuentro más expedito. Otro paréntesis, cuartillas que estoy llenando con esta digresión.

Retomo y digo que lo que yo creo que “debe ser” no es precisamente lo que me sale cuando me pongo a llenar cuartillas en blanco. Los personajes surgen, después de un estudio que tratamos de hacer minucioso, de pensarlos, retratarlos, dotarlos de sus tres dimensiones como en la escuelita, física, psicológica y sociológica; pero el personaje siempre termina por ser quien quiere realmente ser. Un autor puede fijar, puede precisar, elegir, unas ciertas características que ha visto, que ha leído, que ha distinguido en gente que conoce, en cosas que pasaron, en textos que ha consumido, o en la pura imaginación concebidas. Pero aspira a que un ente dinámico, un actante dentro de una trama las represente, se vean concretadas y encarnadas. Y esas señas, o características no están inmóviles, porque el movimiento es la esencia de la vida y los personajes tienen que cambiar. Resistirse a eso es como negarles la respiración. El personaje estará tan vivo como el autor. El autor aspira a que su personaje esté completo en su complejidad como una persona más.

Nuestros cálculos muchas veces son de poca utilidad. Hay una cierta autonomía en el personaje que se resiste a depender de mis intenciones. Depende, más bien, de su inmersión en un mundo previo a él., el mundo de los valores del colectivo, lo que Foucault definió como el ámbito del discurso dominante y esas cosas. Es necesario entonces que el personaje dialogue con su público. Entonces es que terminamos de saber cómo era aquel ser que imaginamos parcialmente y luego lo vemos hacerse realidad en el cuerpo de un actor y entonces del cotejo con lo que entendió el otro, como una especie de diálogo con el intérprete se puede hablar de un personaje.

Cada época de la dramaturgia ostenta una categoría de personajes que va en consonancia con el concepto de hombre o de mundo que se maneja como ideología contemporánea. Así, en la época de los griegos, los personajes transitaban un mundo gobernado por dioses y determinado por el destino; un mundo contingente al que había que oponer virtud en forma de equilibrio, mesura, prudencia, continencia, sabiduría. Y para los medievales los personajes se dedicaban a sobrevivir, en base a divertidas picardías y arrestos de misticismo porque su concepción del mundo era estática, el peso de la divinidad condenaba al hombre a la resignación en su estatus de agonista, de criatura modesta y sin aspiraciones cuyas escapadas son fantásticas, rocambolescas o místicas. Para Shakespeare y visiblemente para Marlowe los personajes correspondían a la idea Maquiavélica de un burgués en capacidad de conquistar sus logros vitales. Es lógico porque con el Renacimiento y el Humanismo, la del hombre inventor, emprendedor, descubridor, productor de conocimiento y con conciencia moderna de sus contradicciones era la imagen en la palestra. Son ejemplos, no más.

Quizás esa cualidad de imprevisibles que alcanzan los personajes en nuestra época tenga que ver, más que con la Teoría del Caos, con el hecho de que podemos ver los personajes del pasado desde una cierta distancia y considerar lo que el público, durante cierto tiempo, ha hecho de ellos. Cosa que aún no le ocurre a nuestras creaciones que están todavía por nacer. Además de que la ideología dominante en nuestro tiempo se nos hace tan cercana que no la podemos apreciar por falta del debido campo visual necesario. Sobre esto, me permito decirles que tengo una obra cuyo primer lector fue, el maestro recientemente desaparecido Isaac Chocrón, se trata de Un corrido muy mentado y a mí me sorprendieron las observaciones que sobre mi protagonista hizo ese decano de la dramaturgia venezolana. Discutiéndome el título y sobre todo elogiando la teatralidad del personaje femenino,(sic)“que resultaría irrechazable para cualquier actriz que lo leyera”, dixit. También recuerdo que me conversó sobre la debilidad de la reacción final de la señora ante la noticia de la muerte de su hijo, me abrió los ojos a la posibilidad de expresar un dolor muy grande de cuya efusión yo había previamente decidido abstenerme. En realidad yo no sospechaba la magnitud que alcanzaría en la mente del otro, del lector, del espectador el drama de aquella señora pobre y decente que a la vez era cómplice de los desmanes de un hijo malandro. Isaac me estaba hablando de una persona casi que de carne y hueso.

Una clave para saber hacia dónde enfilar nuestros personajes es una verdad de Perogrullo que consiste en que al venezolano le gusta verse representado en pantalla y en escena. Gusta de presenciar testimonios sobre su autenticidad, su originalidad, su especificidad como individuo dentro de lo social. Y sólo dentro de ese contexto verosímil de nuestra identidad estará dispuesto a aceptar el corrosivo efecto crítico que es obligación del dramaturgo introducir en el evento teatral. O somos de verdad o no estamos cumpliendo con la subversión encantadora de nuestro arte.

Los venezolanos estamos metidos en medio de una corriente de cambios sociales y políticos que producen tensión. Nuestros personajes deben representar a ese individuo en crisis de identidad, de intereses, siempre acechado por la posibilidad de la barbarie, del materialismo, de la disolución de nuestra esencia como sociedad.

Si es lo que me preocupa como tema, yo he de insistir con mi discurso acerca del exacerbado materialismo que nos caracteriza como sociedad hoy y que produce, en ausencia de un componente espiritual, la disfunción como cohabitantes del país. Es un tema infinito y de alguna manera moralizador. Pero mi formación es muy católica y a la vez muy familiera y no me ruboriza exponer en obras de teatro mis aspiraciones a una humanización profunda de nuestras relaciones. El asunto es complicado porque la realidad es agresiva, hostil, y nosotros tenemos nuestras limitaciones físicas, psicológicas, nuestros prejuicios, nuestras convicciones que funcionan irreflexiva y automáticamente y no de forma sopesada y responsable. El carácter, que fue la palabra para designar a los personajes que usó Aristóteles, además de significar un trazo o un rasgo relevante, según Harold Bloom, también se refiere a la forma habitual que tienen los personajes de enfrentar los problemas de la supervivencia, es decir, a una cierta ética. He ahí la razón de un conflicto interesante para desarrollar en obras de teatro. Tiene un componente cultural, como se ve, pero también psicofísico. En síntesis: “¿Cuál es la forma habitual y trascendente dentro de la cultura, que tienen los venezolanos de enfrentar los problemas de la supervivencia?”. Eso los hace personajes. Y miren que nuestro estilo para resolvernos el día a día parece cada día ser más tremendo… Allí, una razón para el debate.

Siempre he aspirado a retratar a un venezolano con problemas éticos: un hombre o mujer que sintiéndose en la periferia o completa ausencia del Estado actúa automáticamente como un outsider, un marginal que conspira contra su propia comunidad. Y no tiene que tratarse de gente del más bajo estrato social, se trata de gente del más bajo estrato moral o que ni sospecha que hay unos estratos, que no visualiza siquiera una estructura del colectivo. Un individuo que ignorante de lo social se transforma en agresor de lo social. Será un personaje muy próximo a nuestra realidad. Eso, insisto, luego deberían dilucidarlo los críticos.

La disolución de nuestro modo colectivo de resolver los problemas es la aniquilación de nuestra cultura, reitero. Es sucumbir ante la barbarie. Aquí debo aclarar, la literatura republicana del país se forjó a partir de los conceptos tardíos de romanticismo: navegado como el vino europeo, recalentado y cocido, totalmente alterado y hasta descompuesto en la mesa criolla. Existe una tradición en nuestra literatura que tipifica la resistencia del medio, del material objetivo, una especie de parálisis que va afectando hasta a las instituciones y que imposibilita la empresa del espíritu protagónico, el progreso, la aventura, la sensibilidad, la felicidad… Ese opositor se caracteriza por lo oscuro, lo salvaje, lo brutal, lo ramplón, lo avaro, lo torpe, lo violento, lo corrupto. Miren Doña Bárbara, miren Ídolos Rotos, miren Cubagua y otras mil novelas y otros cuentos. Una tradición que opone el pensamiento progresista (del verbo pensar) a la acción irreflexiva y canallescamente interesada. Por ahí van los tiros, les acabo de contar la trama de mi próxima obra.

¿De dónde provienen los temas?, pues de lo que nos rodea y de su capacidad de afectarme como ser pensante. Yo estoy en permanente diálogo con otros dramaturgos que voy leyendo o espectando, películas, la farándula, personajes públicos, tipos de gente. Primero las conversaciones serias con mi hermana, Xiomara Moreno, que se imaginan son de una cierta intensidad y riesgo, lo que escribió un amigo dramaturgo, lo que puso en escena César Rojas, otro amigo aquí presente, lo que trata de comunicarnos el cine nacional, institucionalizado o independiente, las últimas crisis económicas y sociales en Europa, la última travesura de Chalbaud y su acólito Gilberto Agüero, los chismes, lo que se logra pescar en las repetidas ferias del libro, de entre tanta autoayuda y falaz hipocresía.

Yo no sé si eso le habla al público de hoy, que reitero está más interesado en problemas de la desintegración de la pareja tradicional con todo el tremendismo sexual y superficial característico del teatro de boulevard, quiero decir, comercial. Ahí es donde yo no pretendo competir. Aunque a veces me resigno también sí a dialogar.

Sobre esto último, e l maestro Gilberto Pinto divide la historia de los temas de nuestro teatro entre los años setenta y ochenta como el teatro de la cintura para abajo, y llama a la reflexión para que hagamos un teatro de la cintura para arriba. Pero esa severidad parece demasiado parcial y no podemos quitarle al teatro su atractivo componente orgánico, subversivo y antidogmático. Yo me inclino esquivando la vulgaridad del dicho por pensar también en la cintura para abajo pero desde la cintura para arriba.

JAVIER MORENO

jueves, 27 de octubre de 2011

ATENCIÓN HISTORIA DE LA DRAMATURGIA UNEARTE

PROGRAMA HISTORIA DE LA DRAMATURGIA
ANTIGÜEDAD CLÁSICA.
TEATRO GRIEGO

LA TRAGEDIA GRIEGA, LA VIRTUD
ORÍGENES. CERTÁMENES, EXCELENCIA, EQUILIBRIO, SOBRIEDAD.
PROPÓSITOS RELIGIOSOS, “ POLÍTICOS”, EXISTENCIALES
PRINCIPALES POETAS TRÁGICOS
ESQUILO, SÓFOCLES, EURÍPIDES, OBRAS
ESTRUCTURA DRAMÁTICA DE LA TRAGEDIA
SITUACIÓN DRAMÁTICA VS PERSONAJES
EL CORO, FUNCIÓN Y FORMA, ESTROFA, ANTIESTROFA
PÁRODOS, EXODO. PROGRESIÓN DE LOS EPISODIOS
ANAGNÓRISIS, HYBRIS, ¿AMARTÍA?, KATHARSYS
VERSIFICACIÓN YÁMBOS, TROQUEOS
EL COMPONENTE MUSICAL Y DANCÍSTICO
TÍTULOS: Agamenón, Las Coéforas, Los Persas, de Esquilo
Edipo Rey de Sófocles, Medea de Eurípides.

LA POÉTICA DE ARISTÓTELES COMO GUÍA CRÍTICA

LA COMEDIA GRIEGA. EL DEFECTO
PRINCIPAL POETA CÓMICO ARISTÓFANES
OBRAS
PROPÓSITO “POLÍTICO” O CIVIL.. LA CRÍTICA
EXPRESADA DE FORMA POÉTICA
SITUACIÓN VS PERSONAJES
ESTRUCTURA DRAMÁTICA SEMEJANTE A LA DE LA TRAGEDIA
EL CORO, EPISODIOS. LA PARÁBASIS. EL CANTO. LA DANZA
VERSIFICACIÓN
TITULOS: Las Aves, Las Avispas, Pluto
LA “COMEDIA NUEVA” GRIEGA

AUTOR: MENANDRO
ESTRUCTURA.DRAMÁTICA.
DESAPARICIÓN DEL CORO. USO DEL PRÓLOGO QUE INTRODUCE EL TEMA Y ARGUMENTO.
LA COTIDIANIDAD COMO TEMA. NO HAY PRETENSIÓN DE RECONVENCIÓN POLÍTICA. PROPÓSITO MORALIZANTE Y DIVERTENTE.
PERSONAJES TIPO AUNQUE NO DESPROVISTOS DE DIGNIDAD.

TEATRO ROMANO
ORÍGENES ETRUSCOS VS HELÉNICOS
LA NUEVA COMEDIA GRIEGA COMO MODELO, SEGUIDORES DE MENANDRO. COMEDIA PALIATA, (FABULAE PAHLIATAE).
PLAUTO, CECILIO Y TERENCIO.

PLAUTO CRONOLOGÍA, OBRAS
TÍTULO: El soldado Fanfarrón, ( y Aulularia)
ESTRUCTURA DRAMÁTICA:
SUCESIÓN DE EPISODIOS EN CINCO PARTES O ACTOS SIN INTERVENCIÓN CORAL. CADA ACTO TIENE UN PROTAGONISTA PARCIAL
PERSONAJES TIPO, LAS MUJERES TIENEN INTERVENCIÓN MUY DISCRETA Y REDUCIDA. EL ESCLAVO ES EL FACTOTUN, EL INGENIERO. LA FIGURA EXHUBERANTE ES LA DEL DEFECTUOSO MILITAR. LA MUJER COMO FIGURA INTRIGANTE Y ARTERA, DEFECTUOSA, SENSUAL, MOLESTA.
CANTICUN.
LAS PARTES CANTADAS DE LA DRAMATURGIA PLAUTINA PROSPERARON CON LA EVOLUCIÓN DE SU OBRA. AL COMIENZO NO HAY CANTICUN Y EN SUS ÚLTIMAS OBRAS HAY CASI MEDIA OBRA MUSICAL Y MEDIA OBRA HABLADA. INSTRUMENTOS, VARIOS TIPOS DE FLAUTAS Y CÍMBALOS.
VERSOS YÁMBICOS Y TROCAICOS
CONTAMINATIO, USO DE LOS ARGUMENTOS DE LAS COMEDIAS GRIEGAS PARA DESVIRTUARLOS MEDIANTE SU REFUNDICIÓN EN OTRAS COMEDIAS
EL LENGUAJE POPULAR, DEDICADO ALA GRAN MASA RASA DE ESPECTADORES, NO OBSTANTE LAS INNOVACIONES LINGUÍSTICAS PERMANENTES QUE APORTARON COLOR Y POESÍA LATINA

TERENCIO CRONOLOGÍA, OBRAS
TÍTULOS: ANDRIA Y EL EUNUCO
INFLUENCIA DEL AMBIENTE HELENIZANTE QUE LE RODEABA
SEMEJANTE ESTRUCTURA DRAMÁTICA.
PERO HAY ELEGANCIA. PERSONAJES MÁS ACERCADOS A LO QUE ES UN CARÁCTER, PROFUNDIDAD PSICOLÓGICA Y GRACIA
SU OBJETIVO NO ES LA RISA SINO LA SONRISA
MENANDRO COMO MODELO.
CONTAMINATIO
SÓLO SEIS OBRAS
LENGUAJE REFINADO, TRADUCCIÓN ACERTADA DE LA POESÍA GRIEGA VERTIDA CON SUMA RESPONSABILIDAD Y APEGO AL LATÍN. TERENCIO ES MATERIA DE ESTUDIO EN TODO OCCIDENTE COMO MODELO DEL LATÍN CULTO Y SOFISTICADO.
ELIMINÓ CASI ABSOLUTAMENTE EL “CANTICUN”
SE ALEJABA DE LAS VULGARIDADES Y DEL GUSTO POPULAR

SENECA: CRONOLOGÍA, OBRAS
TÍTULOS: EDIPO REY, TIESTES.
TRAGEDIA FANTASMAL, ESCRITA EN PROSA.
TEATRO PARA SER LEÍDO EN PÚBLICO. DRAMA DECLAMATORIO.
CASI ESCALOFRIANTE, CON ÉNFASIS EN EL AMBIENTE VIOLENTO, OSCURO, DE PESADILLA. LO SANGRIENTO, TREMENDISTA.
CONMOVER A TRAVÉS DEL TERROR (UN POCO DE REPULSIÓN) NO DE LA PIEDAD NI EL HORROR. CATARSIS VS PATHOS INTENSIFICADO (DOLOR)
PERSONAJES NOBLES TOMADOS DIRECTAMENTE DE LA FUENTE GRIEGA.
TEMAS QUE SE CORRESPONDEN CON LOS VALORES DE LA FILOSOFÍA ESTOICA.
ESTRUCTURA: DESMESURADO USO DEL CORO QUE A VECES DISERTA SOBRE TEMAS NO ESTRECHAMENTE LIGADOS A LA SITUACIÓN DRAMÁTICA. CINCO ACTOS.
PRÓLOGO : EL FANTASMA O SER VENIDO DEL MÁS ALLÁ, O EL PERSONAJE FUERA DE SÍ QUE CONOCE CÓMO SE DESENCADENARÁN LOS HECHOS.
DICCIÓN ALTISONANTE Y ARTIFICIOSA, FALTA DE NATURALIDAD, CONVENCIONALIDAD Y EXAGERADA ERUDICIÓN EN LAS REFERENCIAS,MITOLÓGICAS Y GEOGRÁFICAS.
GUSTO POR LO HORRIPILANTE HASTA EL RIDÍCULO, ESCENAS TENEBROSAS, INFERNALES, MAGIA Y RETÓRICA.

ARS POETICA (EPÍSTOLA A LOS PISONES) DE HORACIO
CONSEJOS PARA UN ESCRITOR
MORFOLOGÍA DEL DRAMA
EXTREMO DISCERNIMIENTO ENTRE GÉNEROS
DISCRIMINACIÓN ENTRE LO QUE DEBE SER VISTO Y LO QUE DEBE SER CONTADO. CRITERIO PRINCIPAL: EL DECORO

sábado, 3 de septiembre de 2011

MONOLOGO DE LA AZAFATA EN CALMA CHICHA

AZAFATA: Yo también puedo sentir miedo, señor. Ni robot, ni humanoide, ni zombie. Tengo impresiones muy fuertes con eso. Pero uno no se va a quedar mocho, mancado ahí en un rincón de la vida, lamiéndose la cicatriz. No sé, así me pasa a mí. Ni me voy a dedicar a molestar o a perjudicar a cuanto ser se me ponga al lado.

ARVELO: ¿Es una indirecta?

AZAFATA: Recuerdo que una tarde fuimos a la playa, imagínese, una carajita como yo, de montaña. Nunca estábamos solos, juntos, pero yo recuerdo ese paseo a la playa, nosotros dos juntos, mi papá y yo, el uno para el otro y yo era pequeña, no tanto como para no entender y yo cabalgaba sobre sus espaldas y lo sentía macizo, rudo, enorme, como una pared. Y nuestro juego consistía en avanzar sobre las olas, yo siempre abrazada a su cuello, apretada a su espalda con todo mi cuerpo y llegar a donde era más temerario, porque ni siquiera sus grandes pies tocaban fondo y en medio de aquella turbulencia, risas, sacudidas, golpes de olas, yo me divertía un mar aferrada al cuerpo de mi papá. Y de pronto él se sumergía y me dejaba, gracias a una maniobra, sola en medio del mar, a punto de tragar agua, sin saber nadar.

ARVELO: ¿Aun así tú te metiste a aeromoza, a trabajar en el aire, con aviones?

AZAFATA: Precisamente. Enfrentar la fobia…

ARVELO: (FRENÉTICO) Tú me estás jodiendo, tú me estás jodiendo. ¡Es eso! Vas como en una bandeja sobre la palma de la mano de Dios y de pronto Él retira la mano. No, chica, tú tienes que estar loca, enferma y sudada, de rolito,

AZAFATA. Y luego él reaparecía, emergía en un remolino de burbujitas, con una risa explosiva, y un abrazo que me suspendía y me consolaba de ese momentáneo terror.

ARVELO: ¡Coño! Es increíble.

AZAFATA: No se ponga así, señor.

ARVELO: Te precipitas y te escoñetas con bandeja y todo. ¡Dios mío, coño, gracias! Gracias por este piso, por esta solidez… (BESA EL SUELO) aunque sea una isla, aunque no la he visto nunca en un mapa. Se esperola la vaina, una ruina, una chatarra. Pero aún estamos con vida.

AZAFATA: ¡Contrólese!

martes, 26 de julio de 2011

MUCHINGA EN EL 2011


Mi primera obra de teatro para adultos estrenada en 1989 en la sala Prisma, en Caracas. Vuelve a las tablas con el Teatro de la Penumbra en la sala Alberto de Paz y Mateos el miércoles 27 de julio de 2011. Es el resultado de un taller montaje dictado en el laboratorio y ahí va...

jueves, 30 de junio de 2011

EL ASNO DE TINTA








"Se acabó, río como un loco
me río de mi asno de tinta
que berrea a los astros del cielo"
Georges Bataille

miércoles, 9 de febrero de 2011

Diálogo cortés entre Yago y Desdémona




ACTO SEGUNDO
Cassio.- Buen alférez, bienvenido. (A Emilia.) Sed bien venida, señora. –
Buen Yago, no te incomodes si llevo tan lejos mis maneras; es mi educación la que me impulsa a esta osada muestra de cortesía. (Besa a Emilia.)

Yago.- Señor, si os regalara con sus labios tanto como me da a menudo
con su lengua, ya os bastaría.

Desdémona.- Ay! ¡Pero si no habla!

Yago.- A fe mía, de sobra. Lo noto siempre que me entran ganas de dormir. Estoy seguro de que delante de Su Señoría pone un poco su lengua en el corazón y sólo rezonga con el pensamiento.

Emilia.- Tienes pocos motivos para hablar así.

Yago.- Vamos, vamos, mudas como un retrato en la calle, cascabeles en su propio patio y gatos salvajes en sus cocinas; si han de ofender, denunciar e
injuriar, ellas mismas son las santas; el diablo si son ellas las ofendidas, haraganas en los oficios del hogar y oficiosas en la cama.

Desdémona.-¡Oh, vergüenza de ti, calumniador!

Yago.- No, es la verdad, o soy un turco: entusiastas para el recreo y desmayadas para el trabajo.

Emilia.- Nunca te encargaré una recomendación por escrito.

Yago.- No, no me la encargues.

Desdémona.-¿Qué escribirías de mí si tuvieras que hacer mi elogio?

Yago.-¡Oh, encantadora dama! No me impongas semejante obra,
pues no soy más que un criticón.

Desdémona.- Vamos, prueba. No estoy de ánimo para juegos, pero… Veamos, ¿cómo haríais mi elogio?

Yago.- No pienso en ello; pero, a la verdad, mi inspiración se agarra a mi mollera como la cola de un lagarto; sale arrancando sesos y todo. Sin
embargo, mi musa está de parto y he aquí lo que da a luz. Si una mujer es bella e ingeniosa, belleza e ingenio son, el uno para usarlo, la otra para servirse de ella.

Desdémona.- En fin, ¿la refinada, bella e ingeniosa se dedicará a explotar sus gracias?

Yago.- El refinamiento consiste en la mejor fórmula probada para extraer de sus cualidades un beneficio.

Desdémona.-¿Y cuál ha de ser el beneficio que se extrae de la belleza?

Yago.- Evidentemente, el servicio del placer.

Desdémona.- ¡Como una meretriz!

Yago.- Yo no diría tanto. A las fechas que corren, la lujuria es un derecho inalienable.

Desdémona.-¿Y qué me dices de las castas virtudes del espíritu de una joven dama?

Yago.- La espiritualidad y desprendimiento de una joven dama serán aniquilados por su propia voracidad cuando se haga dueña de casa.

Desdémona.- No es un lindo elogio. Voraz, lujuriosa. Pero me concederás que sea inteligente.

Yago.- Si es menos bella que sabia, pues que se sirva de su ingenio para hallar un blanco que se acomode a su negrura.

Desdémona.- De mal en peor.

Emilia.-¿Y si es hermosa y necia?

Yago.- La que fue hermosa nunca fue necia, pues su misma necedad le ayudó a procurarse un heredero.

Desdémona.- Ésas son viejas paradojas para hacer reír a los tontos. ¿Qué miserable elogio reservas a la que es fea y necia?

Yago.- Ninguna hay a la vez tan fea y necia que no obtenga los mismos hallazgos que las bellas ingeniosas.

Desdémona.-¡Oh, crasa ignorancia! A la peor es a la que más elogias. Si elogio puede llamarse eso. Pero ¿qué halagos tributarías a una mujer realmente virtuosa? ¿A una mujer que, con la autoridad de su mérito, se atreviera justamente a desafiar el testimonio de la malignidad misma?

Yago.- La que siempre fue bella y nunca orgullosa,
que tuvo la palabra a voluntad y nunca armó ruido;
que jamás le faltó oro, y no fue nunca fastuosa;
que ha contenido su deseo, siéndole fácil decir: «ahora puedo»;
la que en su cólera, cuando tenía a mano la venganza,
impuso silencio a su injuria y despidió a su desagrado,
aquella cuya prudencia careció de la suficiente fragilidad
para confundir una cabeza de pescado por una cola de salmón;
la que pudo pensar, y nunca descubrió su alma;
aquella a la que seguían los enamorados y nunca miró tras sí;
ésa sería una angelical criatura, si tales han existido...

Desdémona.-¿Angelical criatura para qué?

Yago.- Para amamantar a varios hijos tontos y malgastar sus sesos en cosas banales.

Desdémona.-¡Oh, conclusión muy coja e impotente!

Yago.- La superficialidad es el nuevo pecado capital. No te zafarás de él tan fácilmente.

Desdémona.- No aprendas de él, Emilia, aunque sea tu marido.

Cassio.- Habla a su manera, señora. Te agradará más como soldado que
como hombre de letras.

Yago.- (Aparte.) La coge por la palma de la mano... Sí, bien dicho.
-Cuchichean... Con una tela de araña tan delgada como ésa, entramparé una
mosca tan grande como Cassio. Sí, sonríele, anda. Yo te atraparé en tu
propia galantería... Decís verdad; así es, en efecto... Si semejantes
manejos os hacen perder vuestra tenencia, sería mejor que no hubiereis
besado tan a menudo vuestros tres dedos, lo que os pone en trance de daros
aún aires de galanteador. ¡Magnífico! ¡Bien besado y excelente cortesía!
Así es, verdaderamente. ¡Cómo! ¿Otra vez vuestros dedos a sus labios? ¡Que
no pudieran servirte de mangueritas para un enema! (Suena una trompeta.) ¡El moro! ¡Conozco su trompeta!

jueves, 13 de enero de 2011

OTELO I


Ésta es la primera de una serie de notas que me propongo publicar por aquí sobre el nuevo proyecto que enfrento como dramaturgo y es la versión personal y contemporánea de Otelo de William Shakespeare.
Una primera aparición de Yago ante el público explicitándose.


Yago: ¿Qué hombre del servicio conoce usted que empeñe lo mejor de sus fuerzas para satisfacer a su soberano y no aproveche su favorecida posición para beneficiarse a sí mismo? Si usted conoce alguno felicítelo pues merece unos tantos azotes por imbécil. En cambio, el otro, ése que se llena los bolsillos antes que mirar por la calidad de sus servicios y la buena complacencia de sus amos, ése junto a otros iguales a él conforman una raza a la cual pertenezco. No den por sentado que quiero el bien de mi señor. En este mundo nadie es lo que parece; y menos yo, que en absoluto soy lo que soy.

Con el sombrero en la mano, distinguidos señores nobles vinieron a pedirle que me concediera un merecido ascenso como teniente de sus tropas; y él amparándose en razones ignotas los rechazó. “Que ya había efectuado su elección” ¿Y sobre quién recae su capricho y terquedad? ¡Sangre de Dios! Sobre un aritmético, Miguel Casio. Un teórico de las ciencias militares que nunca ha estado en un campo de batalla ni ha conducido hueste alguna para maniobrar sobre el terreno. El ascenso no se obtiene por recomendación o afecto, sino por una parafernalia inventada que apodan “meritocracia”; no según el método antiguo en que el segundo heredaba la plaza del primero. ¿Qué demuestra mi dueño de la guerra con estas preferencias? Que su criterio es banal y tan acomodaticio a razones de snobismo, de prestigio superficial como vacía está la cabeza del orbe. Ciñe una corona investida de poder pero desposeída de sentido. Así va el mundo cuyas espaldas soportan un trono singular y deshabitado, un gigante jorobado, un atlas giboso que hace basa a un altar donde se venera a un dios ausente.

Juzguen, señores, si estoy obligado a querer al moro. Le sirvo para tomar sobre él mi desquite. No todos podemos ser amos, ni todos los amos estar fielmente servidos. Encarnicémonos con el moro, envenenemos su dicha, pregonemos su nombre por las calles y aunque habite en un clima fértil, infectémoslo de moscas.

Pero su casualidad me brinda así mismo la oportunidad. Se ha casado. Ese negro esta noche ha abordado un bajel pero de tierra; si la presa es declarada legal, se hace rico para siempre. Inflamemos de ira a los parientes de la dama; (ACCIONA LA CAMPANA) En el momento en que hablo, en este instante, ahora mismo, un viejo cabrón cornudo y negro está topetando a la oveja blanca. ¡Levántense, levántense! ¡Despierten al son de la campana a todos los ciudadanos que roncan; o si no, el diablo va a hacer de vosotros sendos abuelos! ¡Voto a Dios, señores! ¿Dejarán que cubra a vuestras hijas un caballero berberisco, que huele a chivo y aloe? Tendrán nietos que relinchen, corceles por primos y jacas por deudos. La dama, por su parte, se ha hecho culpable de una gran falta, sacrificando su deber, su belleza, su ingenio, su fortuna a un extranjero, vagabundo y nómada, sin patria y sin hogar. La niña blanca y el moro están haciendo ahora la bestia de dos espaldas.

APARECE OTELO POR EL FORO.