viernes, 8 de marzo de 2013

ANAGNORISIS Y PERIPECIA


ANAGNÓRISIS, PERIPECIA.

Al considerar una y otra vez, por razones de trabajo pedagógico,  las diversas traducciones disponibles de La poética de Aristóteles no deja de sorprendernos la enunciación que hizo el filósofo macedonio acerca de los componentes más atractivos de la fábula.  A saber, descubrimiento y peripecia. Un aparte más tarde termina por agregar otro, característico, no sólo de la tragedia,  sino de todo escrito dramático anterior y posterior al mismo Aristóteles, la pasión o sufrimiento.
Digo esto porque después de algunos años escribiendo mis cosas, vuelvo a caer en cuenta de que durante el siglo IV antes  de Cristo se produjo una sabia reducción (demasiado acertada) de lo que es la trama de una obra de teatro. Y digo, que no por haberlo usado sin conocimiento de causa durante décadas, este redescubrimiento no deba asombrarme.
Es justo así. Me tocó leer para las clases seis comedias de Terencio (favorito sentimental) y algunas más de Plauto; cuando iba ya por la tercera podía preveer cuál sería el desarrollo de la trama a continuación porque siempre hay un personaje de noble extracción reducido a condición humilde, quien, para felicidad de los que luchan por causas más simpáticas al público,  termina siendo reconocido o elevado. Mediante esa identificación de la verdadera naturaleza del personaje se logra estabilizar un desequilibrio que obliga originariamente a la acción. Luego se cierra el caso y todos en santa paz. Bueno, es un decir.
A ese descubrimiento lo llamamos anagnórisis del griego antiguo ναγνώρισις, «reconocimiento». Es la revelación de una cierta información que los personajes desconocían hasta el momento y cuyo efecto dentro de la trama es un giro de la fortuna, un cambio en la valoración de las circunstancias. Esto ocurre en casi todas las obras de teatro que conozco, pero el mejor ejemplo es el de Edipo, Rey, quien descubre durante un sostenido calvario que él mismo es el hijo y asesino de Layo y por tanto esposo e hijo de Yocasta.
La peripecia (Del gr. περιπέτεια) se refiere a series de eventos relacionados la acción de los personajes las cuales originan resultados contrarios a los esperados. A pesar de que se le relaciona con la noción de aventura, más bien tiene la connotación del revés de la fortuna, un acto que obtiene efecto inesperado o contrario. Claudio, el tío de Hamlet intenta envenenar a su sobrino durante un encuentro de esgrima  y así dispone una sustancia mortífera en una copa de vino para brindar por el buen triunfo del príncipe de Dinamarca. El resultado es que la reina bebe de la copa y muere, esto revela las intenciones del “rey” a Hamlet quien le obliga a beber hasta las heces del mismo recipiente.
Reconozco que a veces las cosas les salen mejor de lo que esperaban a los caracteres, gracias también a la peripecia.