Baudelaire, Charles. Cohetes.
Diarios íntimos. Traducción de Rafael Alberti
I
… El amor es el gusto de la
prostitución, no existiendo placer elevado que no pueda conducir a ella.
En un espectáculo, en un
baile, cada uno goza de los demás.
¿Qué es el arte? Prostitución.
El placer de estar entre las
multitudes es una forma misteriosa del goce de la multiplicación del número.
… La embriaguez es un número.
…El amor puede derivar de un
sentimiento generoso: el gusto de la prostitución; pero bien pronto lo corrompe
el gusto de la propiedad.
El amor quiere salir de sí,
confundirse con su víctima, como el vencedor con el vencido, y conservar, sin
embargo, privilegios de conquistador.
Las voluptuosidades del chulo
participan a la vez del ángel y del propietario. Caridad y ferocidad. Ambas son
independientes del sexo, de la belleza y el género animal.
Las tinieblas verdes en las
tardes húmedas del verano.
...
III
…ya escribí en mis notas que
el amor se parecía mucho a una tortura o a una operación quirúrgica… Aunque
ambos amantes estuvieran muy enamorados y muy llenos de deseos recíprocos, uno
de los dos estará siempre más tranquilo
o menos poseído que el otro. Aquél o aquélla es el operador o el verdugo; el
otro es el sujeto, la víctima. ¿No escucháis esos suspiros, preludios de una
tragedia deshonrosa, esos lamentos, esos gritos, esos estertores? ¡Quién no los
ha proferido, quién no los ha arrancado violentamente? ¿Y qué es lo que
encontráis peor en esos cuidadosos torturadores? Esos ojos de sonámbulo
convulso, esos miembros cuyos músculos saltan y se atirantan como bajo la
acción de una pila eléctrica.; la borrachera, el delirio, el opio en sus más
furiosos efectos no os podrán ofrecer
más horrible y curioso ejemplo. Y el rostro humano, al que Ovidio creía modelado
para reflejar los astros, he aquí que sólo tiene ya una expresión de ferocidad
loca, o se distiende en una especie de muerte. Porque yo creería cometer un
sacrilegio aplicando la palabra “éxtasis” a esta especie de descomposición.
¡Espantoso juego, donde es
necesario que uno de los jugadores pierda el gobierno de sí mismo!
Una vez preguntaron delante de
mí en qué consistía el placer más grande del amor. Alguien respondió
naturalmente: en recibir; y otro: en darse. –Aquél dijo: placer de orgullo; -y
éste: voluptuosidad de humillación. Todos estos indecentes hablaban como la
Imitación de Cristo- Al fin, se encontró un impúdico utopista que afirmó que el
placer más grande del amor era el formar ciudadanos para la patria.
Pero yo digo: la voluptuosidad
única y suprema del amor estriba en la certidumbre de hacer el mal. El hombre y
la mujer saben, desde que nacen, que en el mal se halla toda voluptuosidad.
VI
… Amamos a las mujeres cuanto
más extrañas nos son. Amar a las mujeres inteligentes es un placer de
pederastas, pero la bestialidad rechaza la pederastia.
El espíritu de burla puede no
excluir la caridad, pero es raro.
Emplear el entusiasmo en cosa
distinta a las abstracciones, es un signo de debilidad y enfermedad.
La delgadez es más desnuda,
más indecente que la gordura.
IX
… A propósito del sueño,
aventura siniestra de todas las noches, puede decirse que los hombres se
duermen diariamente con una audacia que parecería incomprensible si no
supiéramos que es el resultado de la ignorancia del peligro.
XI
Esos bellos y grandes navíos,
imperceptiblemente balanceados (pavoneándose) sobre las aguas tranquilas, esos
robustos navíos con aire perezoso y nostálgico, ¿no nos dicen en una lengua
muda: Cuándo zarpamos para la felicidad?
XII
… Lo que es ligeramente
deforme, parece insensible (difícil de percibir, sic.). De donde se deduce que
la irregularidad, es decir, lo inesperado, la sorpresa, lo asombroso son una
parte esencial y característica de la belleza.
XIII
… Por cada carta de un
acreedor, escribid cincuenta líneas sobre un asunto extraterrestre (ultraterreno,
sic) y os sentiréis salvados.
XIV
Buscar el pasaje: “Vivir con
un ser que no siente por uno más que aversión.”
El retrato de Serene, por Séneca. El de Stagire, por San Juan Crisostomo. La acedía, enfermedad de frailes. El Tedium vitae.
XV
… Goces espirituales y físicos
causados por la tormenta, la electricidad y el rayo; toque de alarma de los
recuerdos amorosos, oscuros, de los años pasados.
XVII
… Dos cualidades literarias
fundamentales: supernaturalismo e ironía. Penetración individual; aspecto que
toman las cosas ante el escritor; darle, luego, un giro satánico. Lo sobrenatural
comprende el color total y el acento, es decir, intensidad, sonoridad,
limpidez, vibración, profundidad y resonancia en el tiempo y en el espacio.
Hay momentos de la
vida en que el tiempo y el espacio son más profundos y el sentimiento de la existencia
infinitamente mayor.
… La inspiración viene siempre que el hombre lo
quiere, pero no se marcha cuando él lo desea.
En ciertos estados de ánimo
casi sobrenaturales, la profundidad de la vida se manifiesta por entero en el
espectáculo que miramos, por muy vulgar que éste sea. Se convierte en el
símbolo.
Como al atravesar el Bulevar lo hiciera casi precipitadamente para
evitar los coches, se me desprendió la aureola, cayéndose en el barro del
asfalto. Afortunadamente, pude recogerla a tiempo. Pero la idea de que esto era
un mal presagio se me metió un poco después en el espíritu; desde entonces, no
ha querido abandonarme, ni concederme un minuto de descanso en todo el día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario