jueves, 18 de febrero de 2010

EL MONTAJE DE NUEVE HUECOS



Ya empezamos a trabajar en el montaje de mi obra Nueve Huecos. Así mismo empezaron las complicaciones de la producción. Una cosa que me tiene asombrado y que parecía haber olvidado es lo difícil de arrivar a una imagen para el diseño del material gráfico. En este caso estamos trabajando con Nelson Lehmann que nos bombardea de imágenes, pero que aún no logramos consensuadamente definir.

La escenografía y el vestuario tienen que resultar económicos, un "tienen que" dictado por la precariedad de los recursos para la producción. Y sin embargo creo que la obra mereece una cierta sobriedad y cierta convencionalidad a la hora de disponer el atrezzo para su realización.

Son nueve cuadros con una rara insistencia en el quicio de las puertas. Hay una puerta de entrada que parece solicitar tres apariciones, luego están la puerta de la habitación, la puerta del baño, la mesa de la cocina (dos veces), hay una escena en el "couch" de la sala, y una escena extraña que ocurre frente al lavamanos del baño donde en vez de espejo, nuestro protagonista se afeita frente a un televisor. La imagen debería recordarnos los cuadros de Francis Bacon. Ësta última es como la zona realmente interior de una obra que ha transcurrido en los umbrales de un apartamento y en el vestíbulo de la conciencia.

No es tan profunda la cosa pero ahí hay una descripción de los ámbitos en que se desarrolla la gran acción de la obra.

Veremos con la imagen de Francis Bacon que hasta que no la acabo de escribir aquí, no me resultó tan elocuente. Quizás haya abierto la puerta para solucionar este asunto de los gráficos.