martes, 22 de septiembre de 2009

GIRA NACIONAL DE LA GOLPISTA Acarigua



Estuvimos en la localidad de Acarigua-Araure, Estado Portuguesa, con la obra La Golpista interpretada por Karla Fermín. Nos presentamos en la Casa de la Cultura "Carlos Gauna" ubicada en la Avenida Las Lágrimas de Araure. Nuestros anfitriones, principalmente Suhail Gutiérrez, del equipo de sistematización "Doña Carmelia de García" y Ulises Pérez de la Casa de la Cultura, nos recibieron con toda la amabilidad característica de la ciudad y nos hicieron pasar momentos de gran intensidad así como de agrado y camaradería. La dieta, totalmente carnívora, con un matiz: el almuerzo en casa de los suegros de Suhail con un menú Sirio exquisito

Acarigua es llano, llanos occidentales y a media hora por autopista de Barquisimeto. Acarigua es una próspera ciudad agraria y lo muestran sus monumentos al arroz, su enorme central azucarera y la identidad patriótica encarnada en la figura de José Antonio Paez. Grandes centros comerciales, largas avenidas y urbanizaciones modernas le hacen la alternativa al ya periclitado casco central. Eso sí impresionantes sus dos templos principales: la Iglesia de Araure con su trabajo de ornato colonial policromado y la Catedral de Acarigua, Iglesia de San Miguel Arcángel con su disposición singular, !asistí a un bautizo grupal! Y atravesé hasta la Plaza de la Corteza o de la Burrita. Un dato, la estatua ecuestre de Bolívar en la plaza epónima muestra el enjaezamiento de la cabalgadura con una pechera dorada.




Nos dedicamos a "cazar" ofertas del comercio local, una modesta forma de turismo.

Dicté un taller introductorio de Dramaturgia muy particular, pues había ochenta y un personas inscritas como participantes. Me agoté, pero espero haber dejado una semilla interesante en la creación de alguna escritura teatral posible.

Hicimos dos funciones del monólogo y, a pesar de las limitaciones técnicas, fueron un éxito gracias a la solidez del desempeño de la actriz y el entusiasmo de la productora promotora Suhail Gutiérrez. Figúrese que la segunda función dobló la cantidad de espectadores de la primera.

El transporte por tierra, la autogestión como estrategia, la colaboración de empresarios privados sensibles a la actividad cultural de su ciudad, el trabajo desinteresado de muchas individualidades y muy buena disposición del público fueron el secreto de esta primera salida de la golpista. Dios nos asista en nuestras incursiones subsiguientes y nos ayude con estos elementos de éxito.
Estoy sinceramente agradecido.

martes, 15 de septiembre de 2009

DE LA OBRA PIAR. ENTREVISTA DE PIAR Y BOLÍVAR


CONDE (CON SORNA) ¿Juega usted al ajedrez? (LUEGO, EN
SERIO) ¿Juega usted al ajedrez?

BOLÍVAR: (VIENE BOLÍVAR CON UN MANDIL BLANQUÍSIMO)
¿Qué pone usted en prenda, mulato? ¿Qué pone usted en prenda, Manuel?

PIAR SE SORPRENDE Y SE ACERCA AL RÍO.

PIAR: ¿Qué hace él aquí?

RÍO: (A SU VEZ LE PONE UN DELANTALCITO MUSTIO) Viene a
apostar en tu contra.

PIAR: ¿Qué tengo yo, sino el orgullo de haber ganado?

BOLÍVAR: Está pago.

RÍO: Ya está casada la apuesta. (SE VA A UN RINCÓN)

BOLÍVAR: (SALUDA) “Horror, la carne se separa de los huesos.”

PIAR: « Quelle horreur, la chair se dètache les os. » « Está en
putrefacción aquél, el hijo del hombre. “

BOLÍVAR (LE OFRECE LA MANO) ¿Qué ocurre con sus manos?

PIAR: No están lo suficientemente blancas, general.

BOLÍVAR: ¿Quieres decir limpias?

PIAR: No quiero pasar de un saludo oficial, General.

BOLÍVAR: Como usted lo prefiera, Manuel.

PIAR: Estamos en condiciones formales.

BOLÍVAR: Pero recuerda que en un estado más formal, como tú dices, te
tocaría echarte a mis plantas y besar el polvo que agitan mis botas.

PIAR: En un estado menos civilizado, quiere usted decir, no me
hallaría subordinado, señor. No aceptaría otro orden que el militar, señor.

BOLÍVAR: Igual te tocaba cuadrarte, Manuel.

PIAR: No como se cuadran los hermanos de la logia ante su
autoridad.

BOLÍVAR: Pasaré esa observación por alto.

PIAR: Una primicia, todo lo que digo pasa por debajo de la mesa.

BOLÍVAR: Debes reconocer, Manuel Piar, que yo soy tu superior.

PIAR: Mi magíster. Maestro, el superior. Usted ha alcanzado
realmente un grado superior?

BOLÍVAR: No estoy hablando de las logias, pero hasta en eso, sí, soy tu
superior. “Trabaja y serás recompensado.”

PIAR: Pues a mí me parecen frivolidades.

BOLÍVAR: Son cosas de la frivolidad, General. Y luego resulta Manuel
Piar es un iluminado francés.

PIAR: El saber no es un privilegio de los mantuanos. Yo provengo de
los Jacobinos, de los introducidos en la orden por el generalísimo Miranda.

BOLÍVAR: Ya lo creo, el Generalísimo fue muy democrático, demasiado,
con el conocimiento.

PIAR: Yo que mi General Bolívar me abstendría de mencionar a
Miranda.

BOLÍVAR: Un alumno fanático. Los tres malos compañeros del hombre:
ignorancia, fanatismo y ambición. Y sin embargo el asunto Francisco de Miranda está absolutamente superado.

PIAR: Para los que lo traicionaron en su fe, la fe verdadera.

BOLÍVAR: Ah, sorpresa, ¡usted un purista, un fundamentalista!, quien no
puede mostrar un mandil impoluto.

PIAR: Al menos me abriga la inocencia como un árbol de espesa
fronda, no voy a confiar mi entereza a un harapo blanqueado,
(ARRANCA EL DELANTAL Y LO TIRA AL SUELO) y luego ustedes tan puros, van y ejecutan la traición.

BOLÍVAR: Usted habla de traición y yo hablo de justicia. Miranda
capituló, nos entregó.

PIAR: Ustedes entregaron al maestro.

BOLÍVAR: Así queda para los ligeros pero todo sabedor conocerá que fue
un juego de máscaras. ¿Qué otra cosa es la máscara, sino el
antifaz que adopta nuestra vida interior durante su manifestación para protegerse de los descreídos?

PIAR: Abundan los que no aceptan su mascarada, señor.

BOLÍVAR: Óigame, girondino de peluquería, Miranda asumió esta
desgracia, su condición de víctima, como una patiquinería más. Y sus seguidores y los oportunistas explotan esa artimaña para manchar nuestra dignidad de revolucionarios.

PIAR: La dignidad de los que siguen vivos. (GRITA CASI) El
Generalísimo se sacrificó por su causa, no es frivolidad.

BOLÍVAR: En su caso personal, señor, me cuidaría de levantarme voces,
guarde el respeto debido.

PIAR: ¿En mi caso? Nada de cuidados, no la debo y no la temo.

BOLÍVAR: La debes, Manuel Piar, la debes. Me has faltado tantas
veces… Me has amenazado, bombardeado, perseguido, desautorizado, te has reído de mis dificultades, aprovechado mis debilitamientos y mis fracasos militares… Te has pasado mucho con el jefe supremo. Y aún de este modo sigo por encima y soy tu jefe, como lo quieras.

PIAR: La jefatura suya, no me quita el sueño. Yo he sido leal a mi
causa, a mi gente, no se me conocen lados oscuros ni manos zurdas.

BOLÍVAR: ¿Acaso a alguien sí en esta estancia?

PIAR: Usted sabrá.

BOLÍVAR: Quiere ofenderme pero algo dentro de sí mismo no lo deja,
porque sabe que tengo razón. O será que teme una reprimenda. Un desacato puede que lo pague con ejecución.

PIAR: Todos vamos a morir, no hay qué perder.

BOLÍVAR: Unos morirán antes y usted de mala muerte.

PIAR: Me importa poco, la muerte nunca es buena.

BOLÍVAR: Usted es malo por esa boca, General. Pero todavía no se
atreve.

PIAR: No creía que el General Bolívar me venía persiguiendo sólo
para provocarme, para tentarme a una mundana infracción.

BOLÍVAR: Yo vengo porque me entregues el Ejército, lo demás es lo
demás.

PIAR: Pero yo ya lo hice, públicamente.

BOLÍVAR: Pero no de buenas ganas ni maneras.

PIAR: No, si lo que quiere es mi conformidad, de plano que no la
tiene… que me alegre, que ponga un corrío y unos guarapos y celebremos… No me parece y no tengo que ocultarlo.

BOLÍVAR: Faltas a la fidelidad para con la orden a su engrandecimiento y
dignidad. Faltas a las reglas.

PIAR: Yo estoy con los pobres, con los zambos, con el negraje, con
los que se sudan su libertad, no con los que se aprovechan el
mando…

BOLÍVAR: Aunque te rodees de ellos, no eres uno de ellos. Eres un
blanco criollo y estás comprometido con un ejército y con una logia.

PIAR Mi fidelidad por el pueblo llano va por encima de todo
compromiso.

BOLÍVAR: Yo pretendo que estemos del mismo bando, con disciplina,
con unidad, con uniformidad de ideales.

PIAR: La vida debe resolverse como el bien mayor. ¿Por lo menos
en eso estaremos de acuerdo?

BOLÍVAR: El bien mayor es la Gloria.

PIAR: El bien mayor debe ser bueno para todos.

BOLÍVAR: Lo será.

PIAR: En vida, mientras estamos vivos, vida buena para todos.

BOLÍVAR: Eso último no parece muy original, General.

PIAR: No es muy original, tampoco se desprende en nada de las
políticas suyas y de su actitud.

BOLÍVAR: La causa patriótica es noble, entienda y esa vida buena de la que habla se alcanza a través de la voluntad unida de todos los hombres.

PIAR: Pero se anuncia solamente, no hay que decirlo sólo en
abstracto, ni como promesa redentora para el futuro, hay que
ganarlo para hoy, para la realidad.

BOLÍVAR: Hay que educar el alma, que no confunda bonanza con
bondad, moldear la voluntad del pueblo para que el bienestar no la indigeste.

PIAR: Esa es una aristocracia de las almas. ¿Y usted se dice
republicano? Que discrimina entre almas educadas y no.

BOLÍVAR: ¿Para qué sirve entonces el conocimiento? Ocúpese del alma,
hombre. No somos animales ni vamos ciegos al sentido superior del Universo.

PIAR: La gente tiene necesidades reales. Son necesidades, ruegos,
dolores, deseos físicos, ardores, molestias de verdad. No somos ciegos mientras podemos comer, saciarnos, vestir mejor.

BOLÍVAR: Tenemos poder de mando sobre nosotros mismos, una fuerza
de voluntad que crece con la instrucción, el cultivo, tenemos que domar las necesidades. Gobernarlas.

PIAR: Por la fuerza, eso es fuerza, y la fuerza no es el Gobierno. Una
facultad para mandar en tan pocas manos ilustradas es traición.

BOLÍVAR: Jamás. A los hijos de la patria no se les oprime. Se les
recompensa profundamente y con justicia, somos iguales, libres, voluntariosos, independientes, fraternos, solidarios, felices.

PIAR: No, no, no, no, no, no y no. La gente tiene sus opiniones, sus
ideas y no pueden expresarlas, no pueden hacerlas funcionar en su beneficio, sus ideas y opiniones no hacen Gobierno. No es un mandato del pueblo, si no dejas a los pardos decir lo suyo.

BOLÍVAR: Todas imprudencias, todas parrafadas inoportunas. General
Piar, eres la gloria de las armas patriotas, el conductor de su
victoria más brillante, el estratega militar más hábil e inteligente, pero no eres el hombre político que esta revolución necesita.

PIAR: Porque ustedes lo digan.

BOLÍVAR: Porque lo dice el genio.

PIAR: Esto no es una revolución popular entonces.

BOLÍVAR: Tendrás que desaparecer.

PIAR: Asesíname tú. Hay un castigo simbólico, dicen en la logia,
partir el cuerpo en dos mitades, arrancar las entrañas y arrojar las cenizas al viento.

BOLÍVAR: ¿Entonces tú mismo proporcionas tu aniquilación? No,
hombre, sólo vas a quedar fuera por razones de estado.
Tú mismo lo has dicho es una punición simbólica y tiene que ver con la contradicción agónica de tus partes y con sosiego de un conflicto que impone el olvido.

PIAR: No tengo partes, soy de una pieza.

BOLÍVAR: Tanto quieres arrastrarnos a una guerra civil, tanto quieres
minar el principio de autoridad y de las instituciones, la
jerarquía del jefe supremo, la fraternidad y el orden del ejército que es imperativo que desaparezcas. No habrá desaparición más útil, más política y por otra parte más merecida.

PIAR: Al contrario moriré proclamando mi inocencia, cara al árbol
más frondoso de los alrededores. La acacia, a ella me acojo,
porque es la pureza y desafía el olvido, porque es la señal inconfundible del sitio donde descansan los vestigios de inmortales verdades.

BOLÍVAR: Pecas soberbiamente y faltas a la obligación de la orden, el esfuerzo y la discreción para hacer efectivo el Magisterio del supremo arte.

PIAR: No será necesario levantar mi propio sepulcro. ( AL RÍO) Van
a sacrificarme. Me temen lo suficiente como para...

RÍO Quizás el miedo sea demasiado y se atrevan.

PIAR Volvamos entonces.

RÍO Como volverías sería como un comunero quema curas y pardo consentidor del relajamiento de la tropa.

PIAR (ENOJADO) Embuste. Yo soy héroe de San Félix. Yo puse la mano sobre el Cerro del Gallo y ahí queda la huella. Si me van a medir la estatura, júzguenme también los méritos.

martes, 8 de septiembre de 2009

OTROS ADDENDA A LA GOLPISTA (Como dice Manuelita)


CÓMO CONCLUYE LA TERAPIA.

Al comienzo el tipo me cayó mal, aunque había una bandejita en la mesa de centro repleta de caramelitos de chocolate y de miel. Como un detalle, una cursilería, y eso me empezó a despertar sospechas. El doctor como que no estaba en su sitio…

-¿Es que usted me va a mandar a leer?

- ¿Y por qué no? Ponga a funcionar esa textilera del pensamiento. Es poético, ¿no? Bastante que se mataron sus padres para mandarla a la escuela.

Yo sentí que el doctor se estaba empezando a molestar, fue como una impresión una cosa de piel y me impresionó.

- Mire, mejor dejamos la educación para otro momento y entramos en materia.
- Porque hay una materia según usted. Y me trató de usted.

Yo, sorprendida, mejor entramos en lo de los medicamentos, el récipe ése para que me entreguen unos narcóticos y yo, en un descuido, mezclárselos con el café y dormirlo

- Como en una telenovela

- ...y dejarlo en una cuneta de la carretera vieja o en un barranco por Yare.

Él, escandalizado: ¿Usted se está escuchando lo que dice?

¿Por qué me seguía tratando de usted? - !La pueden meter presa!

- Es una broma por supuesto y como esta consulta no va a prosperar… (ENTORNANDO LOS OJOS)

Salimos de eso, me completó la frase, cosa que no acostumbraba hacer. Tiene que tener más cuidado con las cosas que dice. Porque aunque sea de chanza el lenguaje rebela un contenido profundo.

Ay, no me esté regañando que yo rapidito me engorilo. (AL PÚBLICO) Yo sí, además yo no voy por la vida diciendo cosas trascendentales, como Simón Bolívar que cada vez que abría la boca se le encimaba un micrófono de Globovisión, para escrutar su genialidad. A mí también me gusta hablar guebonadas. Y traté de ser exacta.

-El lenguaje es cosa delicada. Me gritó con una venita de la frente que le pulsaba. Fíjese que ese señor que usted desprecia tanto y que no es más que su marido, con énfasis en “marido”, nunca se permitió la frivolidad de decirle que la quería, señora. Me dijo señora. Eso fue lo que me ofendió más. Me dejó atornillada en el suelo y yo sentía un sudor frío y como una ola que me venía de atrás hacia delante, de abajo hacia arriba, de adentro hacia fuera; pero físicamente estaba catatónica, ¡Señora, yo! Yo soy una mujer muy pacífica , pero ay, cuando me buscan. Se me puso una nube en los ojos y no pude más que… Lo conecté con un jab de derecha. Directo a la mandíbula. El hombre puso los pies hacia delante y ya en el aire me mostró la suela de los zapatos y cayó de espaldas. (MIENTRAS SE SOBA EL PUÑO DERECHO) Aniquilado por knock out técnico. Siete, ocho, nueve,… “Hasta marico serás”. Para mayor humillación vacié los caramelos de la bandejita en mi cartera y ahí sí que no volví más.


DECLARACIÓN AMOROSA.

Eso nunca se sabrá, ni nunca le va a interesar a nadie.

Aunque él me lo dijo, clavó su mirada en mis senos, luego en mis ojos, luego en mis senos, de nuevo, y yo... (DIRIGIENDO LA SUPUESTA CABEZA HACIA SUS OJOS, RECRIMINANDO)) -A los ojos. Y él
“Que había empezado a sentir algo especial por mí, que se le partía el alma en dos con cada separación, que le dolía el corazón de lo puro bella que él me miraba, que de sólo pensar mí su pecho, su cuerpo todo, padecía una horrenda opresión y se asfixiaba.
-Espero que no estuviera hablando de la bragueta.

Pero la palabra "querer", "querer", no.

Bueno, no voy a entrar en detalles.