martes, 8 de septiembre de 2009

OTROS ADDENDA A LA GOLPISTA (Como dice Manuelita)


CÓMO CONCLUYE LA TERAPIA.

Al comienzo el tipo me cayó mal, aunque había una bandejita en la mesa de centro repleta de caramelitos de chocolate y de miel. Como un detalle, una cursilería, y eso me empezó a despertar sospechas. El doctor como que no estaba en su sitio…

-¿Es que usted me va a mandar a leer?

- ¿Y por qué no? Ponga a funcionar esa textilera del pensamiento. Es poético, ¿no? Bastante que se mataron sus padres para mandarla a la escuela.

Yo sentí que el doctor se estaba empezando a molestar, fue como una impresión una cosa de piel y me impresionó.

- Mire, mejor dejamos la educación para otro momento y entramos en materia.
- Porque hay una materia según usted. Y me trató de usted.

Yo, sorprendida, mejor entramos en lo de los medicamentos, el récipe ése para que me entreguen unos narcóticos y yo, en un descuido, mezclárselos con el café y dormirlo

- Como en una telenovela

- ...y dejarlo en una cuneta de la carretera vieja o en un barranco por Yare.

Él, escandalizado: ¿Usted se está escuchando lo que dice?

¿Por qué me seguía tratando de usted? - !La pueden meter presa!

- Es una broma por supuesto y como esta consulta no va a prosperar… (ENTORNANDO LOS OJOS)

Salimos de eso, me completó la frase, cosa que no acostumbraba hacer. Tiene que tener más cuidado con las cosas que dice. Porque aunque sea de chanza el lenguaje rebela un contenido profundo.

Ay, no me esté regañando que yo rapidito me engorilo. (AL PÚBLICO) Yo sí, además yo no voy por la vida diciendo cosas trascendentales, como Simón Bolívar que cada vez que abría la boca se le encimaba un micrófono de Globovisión, para escrutar su genialidad. A mí también me gusta hablar guebonadas. Y traté de ser exacta.

-El lenguaje es cosa delicada. Me gritó con una venita de la frente que le pulsaba. Fíjese que ese señor que usted desprecia tanto y que no es más que su marido, con énfasis en “marido”, nunca se permitió la frivolidad de decirle que la quería, señora. Me dijo señora. Eso fue lo que me ofendió más. Me dejó atornillada en el suelo y yo sentía un sudor frío y como una ola que me venía de atrás hacia delante, de abajo hacia arriba, de adentro hacia fuera; pero físicamente estaba catatónica, ¡Señora, yo! Yo soy una mujer muy pacífica , pero ay, cuando me buscan. Se me puso una nube en los ojos y no pude más que… Lo conecté con un jab de derecha. Directo a la mandíbula. El hombre puso los pies hacia delante y ya en el aire me mostró la suela de los zapatos y cayó de espaldas. (MIENTRAS SE SOBA EL PUÑO DERECHO) Aniquilado por knock out técnico. Siete, ocho, nueve,… “Hasta marico serás”. Para mayor humillación vacié los caramelos de la bandejita en mi cartera y ahí sí que no volví más.


DECLARACIÓN AMOROSA.

Eso nunca se sabrá, ni nunca le va a interesar a nadie.

Aunque él me lo dijo, clavó su mirada en mis senos, luego en mis ojos, luego en mis senos, de nuevo, y yo... (DIRIGIENDO LA SUPUESTA CABEZA HACIA SUS OJOS, RECRIMINANDO)) -A los ojos. Y él
“Que había empezado a sentir algo especial por mí, que se le partía el alma en dos con cada separación, que le dolía el corazón de lo puro bella que él me miraba, que de sólo pensar mí su pecho, su cuerpo todo, padecía una horrenda opresión y se asfixiaba.
-Espero que no estuviera hablando de la bragueta.

Pero la palabra "querer", "querer", no.

Bueno, no voy a entrar en detalles.

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