jueves, 8 de julio de 2010

Compilación de ideas sobre el personaje




¿Qué es un personaje?

- Un personaje es una representación de un ser humano, o de todos los seres humanos, cuya diversidad incluye una infinita gama de características. Un personaje, vale decir no es una persona, es su representación en el teatro. Es una abstracción realizada por un autor pretendiendo abarcar unas mínimas señas que hagan de su creación una individualización.

- Un personaje es una individuación, un ente que acciona en un drama, que se distingue individualmente por la singularidad de su carácter, de su supuesta personalidad y de sus metas en la escena.

- Un personaje tiene metas, tiene objetivos y “actúa” para conseguirlos, quiere
decir se pone en acción, desempeña acciones, operaciones, funciones, actos. La no acción en el teatro es acción, así como un silencio en el teatro es la cosa más elocuente.

- Algunos personajes en la vasta infinitud de las obras dramáticas representan otra cosa más que un ser humano, me refiero a una planta, un animal, una alegoría, la patria, la tormenta, el color blanco, una nota musical, una pasión. No debemos olvidar que se trata, de todos modos, de una impersonación, una humanización del elemento, animal, vegetal, mineral o abstracto a quien se dota de los rasgos definitorios de una persona.

- La técnica del escritor o su estilo o su forma de concebir el mundo determinan una forma de crear un personaje, algunos menos verosímiles que otros, otros requieren una plausible fidelidad con el modelo. Podemos enfrentarnos a personajes más realistas que otros, o más esquemáticos, o menos profundos, o más.

- Un personaje es un flujo de energía que emprende una lucha por conseguir sus fines, encontrando obstáculos en su camino que representarán tensiones opuestas y diversas. Pero esa corriente energética no debería permanecer constante, la belleza de un personaje y su efectividad en el drama dependen en mucho de su intermitencia y su capacidad para fluctuar, para matizar las tensiones internas de la obra. Si no, en la primera escena agotamos su versatilidad y no texturizamos lo suficiente la caracterización. Para el público resultaría extenuante y poco interesante. Esto no quiere decir que el personaje deje de distinguirse como una unidad. Véase Shylock del Mercader de Venecia y entérese de las mil aristas de un personaje que no tiene nunca dos momentos iguales.

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